Artículo en Última Hora 28/11/2023

Mis amigos de gripe l Círculo de Bellas Artes, suma y sigue l ¡Oído, maraveristas!

La pasada semana nos ocurrió algo que, recordemos, no nos había pasado desde que llevamos en esta profesión: tenernos que quedar en la cama a causa de un trancazo, o gripe, o constipado, como prefiráis llamarlo. Pero quedarnos en la cama, eh. Metido en ella, y tapado hasta las orejas, tomando lo clásico en estos casos, entre ello, limonada con agua y miel ¡Ah! Y vahos de eucalipto. Para colmo, el vecino del piso de arriba estaba haciendo obras en la casa, lo cual significaba tener que soportar golpes y más golpes y… ¡Pues qué le vamos a hacer!, si no aguantar.

Todos somos presuntos suicidas

Naturalmente, el primer día fue el peor. Me acosté a las seis de la tarde, y no me levanté hasta el día siguiente, a mediodía. Y es que, después de la tormenta del catarro, cuesta llegar a la calma total; por ello, no queda más remedio que darse ánimos y mantener la mente despejada, colocándola en un plano por encima del motivo por el que estás en la cama, y que, para mí, fue la lectura. Sí, en tres días que anduve viviendo entre sábanas con visitas esporádicas a mi guarida de trabajo, he leído dos libros, Presuntos suicidas, de Dukhas&Acromen, a quienes entrevistamos hace unos días en esta página, un libro que os recomiendo que leáis a poco que salga al mercado, puesto que todos somos ‘presuntos suicidas’. ¿Y quién mejor te puede prevenir de un suicidio? Pues un presunto suicida, o persona que ha intentado suicidarse con el fin de dejar de sufrir por algo, o por las consecuencias de algo, como puede ser una ruptura matrimonial, o una enfermedad… ¡O qué se yo! Cosas que te demuestran que todo es impermanente, es decir, que todo puede cambiar, cosa que sabemos, pero no somos consciente de ello. Y sabemos que no solo puede cambiar, sino que a veces cambia a diario, y si no estás preparado para ello, puede saltarte el clic en tu cerebro, ¡y adiós muy buenas! Entonces, o buscas ayuda, o estás perdido, pues puedes entrar en un bucle, que de él al precipicio hay apenas un paso. Por eso lo recomiendo. Por lo didáctico que es, lo cual es normal, pues está escrito por dos presuntos suicidas.